La banda canaria Sex Sodio Sullivan presentó su nuevo trabajo TOKAMAK y STELLARATOR

TOKAMAK y STELLARATOR ha salido en forma de álbum doble en plataformas digitales.
Esta vez con un total de 15 canciones y producido nuevamente por Manuel Cabezalí, de Havalina, los tinerfeños se alejan del sonido de los los dos discos anteriores y, aunque mantienen la esencia original de la banda, se hace notar la electrónica con sonidos más directos y descarados, acercándose a producciones más actuales y con un aire muy New Wave.
Te recomendamos 100% escucharlo.
DISCO STELLARATOR
Año 2022
Producción, mezcla Manuel Cabezalí
Grabado y masterizado en
El Lado Izquierdo (Madrid) Tec. Dany Richter
Sello producción y edición Aguere Live
Sello gestión y comunicación Lago Naranja Records
Sencillo Promocional “Gargantúa”
Componentes:
Daniel Yanes Cuevas
Héctor Enrique Ríos Marquéz
Manuel Alejandro Hernández Vasquez
Jorge Lozano Rodríguez (técnico de sonido)
Links de interés:
https://linktr.ee/sexsodiosullivan
NOTA DE PRENSA
Hace unos 10 años fuimos a tocar por primera vez a Tenerife y allí me encontré con un grupo de personas apasionadas con las que conecté muchísimo porque amaban y vivían la música con una intensidad especial. Una de estas personas era Manuel Hernández. Me habló de su proyecto, Sex Sodio Sullivan, y de que, como nosotros, iban a empezar a trabajar con Cabezalí a la producción. Pasaron los años y llegaron sus discos, primero Un millón de pequeñas piezas (2015) y más tarde Ultramar (2017), donde a mi juicio se empezó a sentir de una manera más palpable la visión artística del grupo, tanto en la riqueza de las composiciones como en el arte y concepto que rodeaba todo el trabajo.
Diez años después tengo entre mis manos su último trabajo y la oportunidad de escribir unas líneas sobre él, y lo primero que pienso es que aquella semilla que escuché años antes en aquellos discos ha crecido y ha florecido por completo, fuerte y esplendorosa.
Sex Sodio Sullivan plantea un ambicioso (en cuanto a lo artístico y musical, es decir, para bien) disco doble, que más que un disco se revela como una historia de ciencia ficción en la que interactúan imágenes, relatos y música, y en la que los integrantes de la banda se funden de una manera más que metafórica con los protagonistas de la historia.

Me gusta mucho la forma en la que se han distribuido las canciones dentro de la historia, esa visión de la carrera norteamericana y la soviética con sus largos desarrollos instrumentales y, desde luego, la producción del disco que, como es algo habitual en Cabezalí, siempre consigue hacerte visualizar todos los sonidos con los que trabaja para que esto no sea simplemente una experiencia acústica, sino que literalmente te transporte a lugares e incluso situaciones.
No creo que estemos ante un disco que pueda conectar con la manera en la que se
consume (odio esta expresión) la música hoy en día, y lo vuelvo a decir para bien. Este trabajo requiere tiempo, requiere atención, requiere predisposición. Aquí es el artista el que pone sus normas y condiciones y no al revés, así que como amante de los discos artesanales y minuciosos, no puedo hacer más que mostrar mi admiración absoluta a este trabajo e intentar persuadir para que se sumerja en él a toda la gente que considero que podría saber apreciarlo.
La última vez que coincidí con Manuel hablamos mucho sobre nuestra visión de la música, sobre lo que esperamos y hemos dejado de esperar de ella, y llegamos a la bonita conclusión de que igual lo mejor que se puede hacer en un momento como este es intentar aportar algo honesto, lo más bello y elaborado posible. Creo que dedicar tu vida al arte y a la creación libres no es fácil y desde luego no es algo que vaya a poder ser nunca recompensado más allá de la seguridad de estar haciendo lo que sientes que debes hacer (que no es poco), pero por otro lado pienso que quizás no es algo que se pueda elegir o evitar, y menos mal.
Larga vida a SSS y a la oportunidad de tomar un camino alternativo, en todos los sentidos.
Víctor Cabezuelo