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“¡Tiren! ¡Tiren! Roberto Bertini presionó, suavemente, el gatillo del fusil que empuñaba.”

“¡Tiren! ¡Tiren! Roberto Bertini presionó, suavemente, el gatillo del fusil que empuñaba.”

“¡Tiren! ¡Tiren!

Roberto Bertini presionó, suavemente, el gatillo del fusil que empuñaba.”

Andrés Rivera

Mi libro preferido es una novela. Corta en su número de páginas, largo en su alcance magnético. Está formado por cuatro relatos, escrito en prosa, pero contiene más poesía que muchos poemarios. Contiene la historia del ser humano, esas corrientes subterráneas que llevamos dentro.

Habla de los temas universales, de los cimientos. No se nombran, laten desde la página hasta tu centro, como cuando miras a alguien a los ojos se revela su verdad, el subtexto de toda una estirpe y sus pulsiones contenidas en varias frases. El autor conoce tus secretos y te los enumera. Entonces te inquietas, y te llevas a la cama el insomnio de una raza de animales que huye de sí misma.

Conquistadores, beligerantes, ignoramos que si no la curamos, nuestra herida más profunda marcará nuestro destino. Si es que el destino existe ya desde siempre, o lo inventamos.

“Un hombre, cuando escribe para que lo lean otros hombres, miente. Yo, que escribo para mí, no me oculto la verdad. Digo: no temo descubrir, ante mí, lo que oculto a los demás.”

Ver también

Andrés Rivera

Improtypo – Tebu Guerra
23 de abril – Día del Libro

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