Zombi, más vivos que nunca

La Huella del cine por Luis Díaz
Analista de documentos cinematográficos
Las películas y series de zombis pertenecen a un género que nunca muere y, mordida a mordida, ha llegado vivo a las pantallas de hoy en día.
Desde que lo popularizara mundialmente George Romero, este putrefacto producto ha sido el plato fuerte para los amantes del cine de terror.
Unas de las características de la figura del zombi es su lento movimiento y torpe comportamiento, unido a su feroz apetito por comer sesos. Y aunque se te complique la escena, estando rodeado de ellos, siempre te dará tiempo a escaparte, como reclamo infalible siempre pillan a algún rezagado en camiseta de tirantes (todo el mundo sabe que es lo mejor que puedes ponerte para protegerte de sus mordidas…), que terminan devorando a placer para que otros puedan escapar, trama que hasta ahora había funcionado.
A los que no le han faltado cerebro es a los nuevos creadores de historias de muertos vivientes. Atrás quedaron aquellos extras bailarines de Michael Jackson en Thriller. Estos nuevos zombies ahora corren que se las pelan. Trabajan en equipo para complicar más a los vivos su existencia, que permanecen confinados a la espera de ser devorados.
Aún no fallan otras fórmulas, algo inexplicables científicamente, como matarlos de un tiro a la cabeza o curiosidades como que si acaban de morir estrenando un traje de Armani, aparezcan a los pocos segundos vestidos con harapos hechos trizas.
¿Por qué nos gusta tanto este tipo de género?
Yo diría que por las influencias en la conciencia popular. Recuerda que en el 2012, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. llegó a publicar un manual de cómo sobrevivir a una invasión zombi.
Si algo está claro es que al zombi hay que matarlo, no queda otra, y cualquier medio para hacerlo es válido, sin remordimientos.
Y es que no hay cosa más justificable que matar a un vecino molesto de un tiro en la cabeza, si se ha convertido en un zombie.
La atracción a estas criaturas puede estar relacionada con el Apocalípsis, con el fin del mundo tal y como lo conocemos, y que siempre nos persigue con pseudo profecías década tras década.