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MADRE 2 de mayo por Tebu Guerra

MADRE 2 de mayo por Tebu Guerra

Emprendimos este viaje y dejamos atrás el lugar más cómodo, el hogar más seguro. Huímos, luchamos, fuimos felices y a veces lo contrario, nos perdimos y más tarde hallamos un camino que hace tiempo pudimos conocer. Somos solo aquellos niños que siempre buscaron algo hasta que supimos nombrarlo.

Aún no habíamos visto la primera luz y ya latíamos de calor en el hogar. Lumbre de entrañas y fuerza en el momento exacto para salir al mundo, para cantarle un llanto de nueva vida y vivir el primer abrazo. Mantita de piel y besos.

Ojalá pudiéramos recordarlo.

El camino de cada uno es desenredar el ovillo de nuestra propia vida, somos continuidad de ese alguien, nuestra manera de sentir el mundo comienza con ella. Vivimos en el determinismo hasta que al fin, si nos lo trabajamos, tomamos las riendas, nos arremangamos y podemos construir una vida propia que contiene la posibilidad de sanar lo inconcluso.

No todo es norma, de cualquier manera es el cuidado y el amor incondicional los que graban a madre en nuestro centro. Comenzamos a crear nuestro mundo gracias a la piel del afecto, el alimento, el tejido interior. Los malos momentos ocurren, pero lo que sigue latente es la viveza de la sangre que recorre nuestro cuerpo.

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Hay siempre una luz atada a sus manos, Ella va pintando vida y despierta los colores con sus sueños, alejando pesadillas con arroró y abrigo.

Y volver a ella, aunque sea en la memoria, es calma y refugio. Madre, que fuiste y eres y serás principio, semilla y abono.