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Las cosquillas gráficas de Ana Nimú

Las cosquillas gráficas de Ana Nimú

¿QUIÉN?
Ana Nimú

Soy Nimú y no digo nada.
Y es que vengo de saquear la calle hasta el infinito.
Regreso a mi cueva como borracha,
cargada de chispas, cerezas y pitas de coches de la autopista.
Me acuesto en el suelo frío que retumba cada vez que se me cae un tornillo.
Mi cuerpo gira como una croqueta y, en los días de niebla resbaladiza,
casi no encuentro ninguna otra forma de hablar.

¿QUÉ HACES?

En este proyecto pretendo desarrollar, a través de la fotografía, la ilustración y el audiovisual temas que rondan mi cabeza todo el día: las dicotomías y contradicciones humanas, las emociones encontradas, situaciones no resueltas y el valor de lo cotidiano.

¿DESDE DÓNDE LO HACES?

La intimidad con una misma, lo secreto y la mentira, el desorden mental, el amor, el hambre, el insomnio, las neuras, la melancolía, las cosquillas, el drama, el frío, lo suave de la sábana recién estrenada, los ataques de risa en la última fila de la clase, lo roja que me pongo cuando veo al vecino que me gusta, la arena que me quema los pies un día de verano…

¿Acaso no estamos todo el día en medio de las frustacciones y los sueños?
Por eso hablo desde la intuición y dando rienda suelta a lo imprevisto. Busco un espacio donde quepan todos los fracasos, la vulnerabilidad y el error, además, desde ahí también, poder celebrar el gesto de reconocer las virtudes y propios aciertos.

El fundamento teórico de mi obra podríamos encontrarlo en un sobre de azúcar porque así voy, de puntillas por la superficie de las cosas, pero bien sentada en la mesa del festín porque no pienso irme hasta que no se acabe el banquete.

¿CÓMO?

Desde mi necesidad de contar con imágenes tanto las cosas que me duelen, como las que me hacen reír.
Supongo que como todos busco la reconciliación con mis sombras, el reconocimiento y el aceptar culpas y límites. Vivir en esa sintonía, bajo esa banda sonora, me hace estar consciente, presente en el presente.

¿PARA QUÉ Y PARA QUIÉN?

A veces no me dan las palabrass. Ni las que salen de mi boca, ni las que dan volteretas dentro de mi cabeza.
Por eso necesito usar imágenes para entenderme con los demás y conmigo misma.

Entiendo el arte como un ejercicio práctico y constante de aprender a mirar con ternura hacia mi propia persona. Así logro descubrirme y abrirme como si fuese un regalo la mañana del día de reyes.

Pero no quiero que lo que hago sirva sólo para mí. Me gusta cuando la gente me dice “me has hecho reír y me has hecho llorar”, me quedo con esto.
Ofrezco mis imágenes para quien las quiera. Son para quién quiera ir de paseo conmigo y descubrir lo bonito que hay en la ropa tendida, en los graffitis desgastados por el tiempo, en los mensajes de la puerta del baño del instituto, en la lista de la compra que encuentras arrugada en un bolsillo de la chaqueta…

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PERO…¿POR QUÉ?

Quisiera ser como una invitación a una fiesta. Si aparezco disfrazada, vestida de bolsa de basura, seguramente lo haría porque me sirve de terapia personal. Pero además quisiera que la gente al verme, riéndome de mi sombra y dignificando el hecho de aceptar el ridículo, pudiera plantearse si, mediante ese juego, se puede transformar la vida en algo menos dramático y divertido.

DESDE CUÁNDO Y HASTA DÓNDE

Estudié Bellas Artes en La Laguna en 1994 y ahora soy profe de Diseño Gráfico en EASDGC.
Mi obra no tiene principio ni final. Es un ser vivo que evoluciona. A veces se hunde en los océanos más fríos y otras se balancea en lo alto de la palmera más fea que encontró.

CHIMPÚN

Me gustaría pensar que mis creaciones son cosquillas gráficas, despreocupadas y alegres. Pero se bien que tienen algo de terapia y relamo mis heridas en mi propio charco de mierda.
Sea como sea, pretendo acercar a los demás la frase robada del sobre de azúcar: “El arte es aquello que hace que la vida sea más interesante que el arte”.

www.instagram.com/ana_nimu