APLAUSOS AL PÚBLICO

En caliente, Federico García Lorca ponía en boca de uno de los personajes de El público: “¡Hay que destruir el teatro o vivir en el teatro!”. En “El público”, escrita en 1930, Lorca proclamaba no sólo de la perseverancia del teatro a lo largo de los siglos, sino también el valor de éste para romper con el pasado, la tradición, la represión, la prohibición, pero, sobre todo, para llevar a cabo aquello que uno realmente desea. En estos tiempos de pandemia, de incertidumbre, de inseguridad, de inquietud, de vacilación, de recelo, la pieza de Lorca cobra aún mayor sentido, pues cuando todo parece confabularse para destruir el teatro, el teatro se resiste a morir. He aquí un cliché mil veces repetido y otras tantas desmentido: el teatro no se muere. No termina de morir porque la resistencia del teatro reside en el público.
Es a ese público al que el Teatro Guiniguada quiere dedicar este mes “Lo tuyo es puro teatro”, agradeciéndoles su interés, su atención e incluso su grado de interacción con los espectáculos programados: La digestión del mundo, Beyond, El rey zolito, Inmujerables, Eti-queta, Vivir para siempre, Pólvora, Miau, una farsa musical, Islazz, Las Alegrías, Alexis Alonso Quartet, Arizona, Takten, Flor de canela, Suicidio de una actriz frustrada, OMN, Olor a sal, Thelmo Parole, Tributo al maestro, Conversaciones con Gardel, Masdanza Xtra, Paco España era un espectáculo, Funeral Planner, En estado de show y El hijo, entre otros.

Conviene dejarlo claro: 2020 ha sido un año complicado para el teatro, pero no un año perdido. Como dijo el actor británico Simon McBurney en el manifiesto del Día Mundial del Teatro en 2018: “Vivimos en un tiempo donde es difícil ver con claridad. Cualquier hecho puede ser cuestionado, cualquier anécdota puede reclamar nuestra atención como una verdad. Una ficción en particular nos rodea continuamente. Aquella que busca dividirnos. De la verdad. Y de unos a otros. […] Hay muchas personas que dicen que el teatro no cambiará o no puede cambiar nada de lo que está ocurriendo, pero el teatro nunca huye y tiene la condición de refugio. Dondequiera que haya actores y público, se contarán historias que no pueden ser contadas en cualquier otro lugar”.
No se puede aspirar a más.