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Mujeres que cambiaron la historia del mundo

Mujeres que cambiaron la historia del mundo

Olvidadas, ignoradas, limitadas o tomadas como personajes secundarios en vidas de hombres. La historia nos ha enseñado al transcurrir de los tiempos la verdadera historia. Tuvieron en sus manos, cada una a su manera: educación, ciencia, moda, literatura o activismo político, y en contextos muy distintos.

Con voz propia e identidad, sus nombres y logros siguen vigentes y son referencias para las futuras generaciones. En honor al Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), damos un paseo por las anécdotas de varias mujeres que cambiaron el mundo.

Gloria Marie Steinem,

Más conocida como Gloria Steinem (Toledo, Ohio; 25 de marzo de 1934), es una periodista y escritora estadounidense de origen judío, considerada icono del feminismo en su país, así como una activista de los derechos de la mujer referente del movimiento feminista estadounidense a finales de 1960 y principios de 1970. Fue columnista para el New York Magazine y una de las fundadoras de la revista feminista liberal Ms. En 1969 Steinem publicó el artículo «After Black Power, Women’s Liberation» (Después del poder negro, la liberación de las mujeres) que le convirtió en una líder del movimiento feminista. Junto a Betty Friedan es una de las referentes de la llamada «segunda ola del feminismo». En 1971 fue la autora de uno de los discursos referentes del movimiento feminista de Estados Unidos del siglo XX durante la fundación de la Asamblea Política Nacional de Mujeres: Llamamiento a las mujeres de América. En 2005 Steinem, Jane Fonda y Robin Morgan cofundaron el Women’s Media Center, una organización que tiene como objetivo hacer visible a las mujeres en los medios de comunicación.

Marie Curie, 1867-1934

Esta pionera en el campo de la radiactividad —incluso acuñó el término— fue la primera mujer profesora en la Universidad de París y la primera persona que recibió dos premios Nobel, uno en Física y otro en Química. Sus descubrimientos abrieron el camino a los tratamientos del cáncer. Tras la muerte de su esposo recolectó una pequeña fortuna en distintos países para continuar la investigación de tratamientos contra el cáncer y fundar laboratorios. Pronto estalló la Primera Guerra Mundial: ayudó entonces a equipar las ambulancias con rayos X, y en ocasiones las manejó personalmente hasta el frente de batalla.

Rosa Parks, 1913-2005

Esta hija de una maestra y de un carpintero creció en el corazón del sur racista de los Estados Unidos en plenos años de leyes y costumbres de segregación: Alabama a comienzos del siglo XX. En 1950, ya militante del movimiento de derechos civiles, comenzó a trabajar en la National Association for the Advancement of Colored People de Montgomery. Entonces la separación de blancos y afroamericanos en el transporte público era regla, desde que la Corte Suprema había establecido, en el caso Plessy vs. Ferguson de 1896, que las instalaciones racialmente separadas no eran inconstitucionales si eran iguales. Aunque otras personas habían protestado del mismo modo, el acto de Parks el 1 de diciembre de 1955 encendió la mecha que hizo estallar el movimiento de derechos civiles: —¿Por qué se niega? —le preguntó la policía, cuando la arrestaba por no levantarse de un asiento de bus, tal como le indicó el conductor, para dejárselo a un pasajero blanco. —¿Por qué andan todos ustedes empujándonos por todas partes? —ella preguntó a su vez. En la década de 1960 distintas instancias cambiaron el panorama para terminar con la segregación que discriminaba a los afroamericanos.

Emmeline Pankhurst, 1858–1928

Antes de que Meryl Streep encarnara su vida en Sufragistas, la luchadora por el derecho al voto femenino era tan popular que Disney le dedicó la canción «Sister Suffragette» en la película Mary Poppins. En 1903 Emmeline Pankhust fundó la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) para abrir el voto parlamentario a las mujeres. Miles la siguieron en un movimiento de demanda, que recurrió al incendio de comercios y el ataque a los domicilios de políticos conservadores, sin precedentes en la historia británica. Fue detenida 13 veces, algunas con sus hijas. Se describió a sí misma encarcelada»como «un ser humano en el proceso de ser transformado en una bestia salvaje» e hizo varias huelgas de hambre. Su lema, «acciones, no palabras», resultó perdurable. La WSPU, cercana al Partido Laborista independiente, fue un factor determinante en la obtención del sufragio de las mujeres en el Reino Unido.

Rosalind Franklin, 1920–1958

Cuando se habla de estudios pioneros del ADN, se piensa en —por caso— James Dewey Watson. Pero menos reconocida, esta cristalógrafa británica no sólo contribuyó de manera importante a la comprensión de la estructura básica de la vida, sino que logró las primeras imágenes —mediante la difracción de rayos X— de la doble hélice. La famosa foto 51, que muestra una cruz oscura de puntos, fue tomada en King’s College, una institución destacada por su sexismo en el momento. Con sólo otra investigadora mujer, la química Rosalind Franklin sufrió un desprecio constante de sus pares varones. Sin su hallazgo sobre la fundación química de la herencia, no se conocerían el genoma humano ni la ingeniería genética. En vida fue reconocida por sus trabajos sobre la estructura de los virus y el carbón.

Mary Wollstonecraft, 1759–1797

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Escribió ficción, ensayos, un libro de viaje y otro para niños. Su obra Vindicación de los derechos de la mujer, de 1792, fue el emblema de generaciones de feministas: argumentó allí que las mujeres no son inferiores al hombre por naturaleza sino porque no reciben la misma educación. Muy influida por la Revolución Francesa, planteó un orden social igualitario, basado en el tratamiento de todas las personas como sujetos racionales. Su vida no convencional —se le conocieron dos grandes romances antes de su matrimonio con el precursor del anarquismo William Godwin, con quien tuvo a su hija Mary Shelley, autora de Frankenstein, y murió poco después del parto— fue objeto de crítica y veneración. Hoy se la considera un pilar indiscutible del feminismo.

Gabrielle ‘Coco’ Chanel

Icono de la moda en los años 20, Coco Chanel transformó la ropa de las mujeres a un estilo más cómodo y sencillo. Ella incorporó las prendas que sólo eran utilizadas por los hombres al vestuario femenino, como el pantalón. Revolucionó el mundo de los complementos con colecciones de joyería de fantasía o bisutería en lugar de las grandes cantidades de joyas y fue la primera en lanzar una línea de perfumes con su famoso Chanel n.º 5.

Simone de Beauvoir

Encontró refugio en las letras. “No se nace mujer, se llega a serlo”, afirma la escritora en ‘El segundo sexo’ (1949), su obra más polémica y la que le valió su puesto en la historia. Su libro escandalizó al Vaticano y a la sociedad en general. Simone de Beauvoir planteó, por primera vez, que los roles de hombres y de mujeres nacían de una construcción social, es decir, algo que la sociedad había creado e impuesto. Además explicaba que la mujer no tenía que ser madre si no eran sus deseos y no era una obligación dedicarse a criar hijos en casa, sino que era libre de pensar y elegir las mismas oportunidades que los hombres.

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