SUAREZ DC, palabra de rock and roll

El músico grancanario, líder de Teclados Fritos, regresa al estudio y a la carretera con nuevo trabajo discográfico, ‘¡Encerrado!’, que edita el sello Los 80 Pasan Factura.
“¡Encerrado!’ es un disco de rock and roll; ¡a estas alturas para qué voy a cambiar!”, asegura.
“La angustiosa vivencia de la pandemia, el confinamiento que no se puede ignorar” se asoma a esta nueva colección de canciones.
José María Suárez, el músico grancanario que lideró formaciones como Teclados Fritos y Besos Rabiosos, asoma en el horizonte de 2022 con una nueva colección de canciones, todas ellas deudoras del rock and roll que sigue siendo su norte musical, y que se fueron gestando en tiempo de pandemia. Un trabajo de trece temas que con el título de ¡Encerrado! y editado por la disquera y sello tinerfeño Los 80 Pasan Factura, pone de nuevo en la carretera a Suárez DC. Hacía al menos diez años que José María Suárez no entraba al estudio, reconoce el artista cuyo último trabajo de estudio fue Max Boy (Cuarto Azul, 2007), tercera referencia como Suárez DC, y título de uno de los temas de cabecera de Teclados Fritos incluido en su disco de debut Teclados Fritos (Movieplay, 1979), que fue puesta al día en este álbum. La discografía de Suárez DC se completa con Errequeerre (Noda Records, 2003), y Vaya día llevo (La Estación, 1993), firmado como Suárez.
Todos tienen miedo, Tu vida no cambia, Tirado en el bar o La Calle, versión libre de Street Life (1973), de Roxy Music, son las canciones en la que se proyecta un José María Suárez al que como a todos y todas, la pandemia ha cambiado el paso. “En el disco hay canciones directamente relacionadas con la angustiosa vivencia de la pandemia, el confinamiento que no se puede ignorar, y las últimas canciones del disco tienen que ver con todo esto”, asegura el cantante.

“Con la encerrona me puse a componer, a hacer cosas nuevas, cosas también que tenía aparcadas, y al final salieron trece temas” que han dado cuerpo a ¡Encerrado! El músico grancanario tenía la voluntad de grabar un disco en directo antes de probar suerte en un nuevo álbum de estudio. Un proyecto que el Covid 19 ha dejado aparcado en favor del disco que ahora presenta, y en el que salvo algunas colaboraciones, hizo todo el trabajo. Emilio Molina, que fuera batería de Teclados Fritos, diseñó las baterías; María Rodriguez y Javier Oliveira hicieron los coros; y Carlos Ramos los arreglos en Mi novia es femómenal. “Javier Oliveira me hizo unos coros, Emilio Molina me había preparado unas baterías que las tenía desde hacía años,.., cosillas que tenía medio abandonadas y que quise recuperar para este disco”, explica Suárez.
El proceso de grabación y edición del disco fue complejo, tal como reconoce José María Suárez. Con anterioridad se había atrevido a grabar algunas maquetas “pero nunca un disco entero”, reconoce. Y en este caso, y “como estaba metido en todo el proceso de grabación del disco, no tenía criterios para decidir lo que estaba bien y lo que no, y necesitaba de una persona con criterio para encarrilar el disco”. El grancanario se puso en manos de Daniel Altarriba, que coprodujo y mezcló la nueva cosecha de Suárez en WaveUp Mastering (Madrid). “Contacté con Daniel Altarriba, muy amigo de un amigo de Madrid, que lleva 30 años trabajando y con más de 300 discos producidos. Le mandé todo el material en bruto y le ha sabido sacar el jugo en cada momento, lo ha masterizado y ha hecho un trabajo completo”.
Defiende Suárez que siguen siendo buenos tiempos para el rock and roll. Con una fórmula invariable en su producción última y que imprime en su nuevo repertorio, riffs de guitarra, letras cortas y pegadizas que retratan el día a día, declara José María Suárez que no tiene voluntad de cambiar de registro. “Yo sigo erre que erre, casi sin fe, pero sigo adelante. Y ¡Encerrado! es un disco de rock and roll, ¡a estas alturas para qué voy a cambiar!”, exclama. Suárez es sólo rock and roll, prueba de ello son las canciones que apadrinan su vuelta. Aunque como bien apunta, no todo vale en este negocio. “Ahora mismo no tengo banda y estoy harto de tocar con amateurs, porque de cualquier manera no vale, aunque sea rock and roll; cada golpe tiene su sitio, su tiempo y su rollo, si no es así se convierte en un barullo, un desastre”.
Diego F. Hernández